Regalo Creativo... ¿Y en qué consistía todo esto? Todo
partió en una clase de estrategias hace mucho, mucho tiempo, si mal no recuerdo fue en una de
esas clases de movimiento creativo, en la cual nos enumeraron del 1 al 7, y
todos debieron reunirse con su compañero según el número que les tocó. Fueron muy
dispersos los integrantes del grupo en el cual estuve, en el sentido de que
todos proveníamos de distintos grupos de amigos dentro del curso (y en el otro
sentido también). Se nos encomendó elegir un concepto que la profesora Silvia
nos haya enseñado en sus clases, nuestro grupo eligió “Orquestación”, un
concepto muy lindo… Pero cuando se nos dijo que teníamos que hacer seis regalos
(uno para cada integrante del grupo) basándonos en ese concepto, hubiéramos preferido
elegir otro menos complicado. Y lo peor estaba por venir, luego se nos dijo que teníamos que
hacerlo con nuestras propias manos: peor para mí, soy pésimo en las artes
manuales. De hecho creo que conté en una entrada de este blog lo malo que soy
para a hacer manualidades y lo peor es que me gusta, me relaja, se me ocurren
buenas ideas, pero al momento de plasmarlo no queda tan lindo como se veía en
mi mente.
Tuvimos semanas y semanas para
hacer los regalos, pero como buen chileno que soy, lo hice la última semana que
tuvimos de paro. No tenía idea que hacer y que fuera personalizado para cada
uno de mis compañeros, al final hice miles de figuritas que representan lo que
es la “Orquestación” en sus más diversos sentidos.
El día llegó y como ya no
quedaban más días de clases como para entregarse el regalo, decidimos juntarnos
un día cualquiera en un momento cualquiera, en medio de todo ese huracán de certámenes,
exámenes, etc. Nos tomamos un tiempo para hacer un lindo gesto. Como un Oasis
en medio de un desierto, nos juntamos en el Hall de la Biblioteca y uno a uno
nos dimos nuestro regalo acompañado de un afectuoso abrazo. No detallaré más en
esto ni en los regalos que recibí, si no en el bonito momento que se dio. Fue
como vivir una navidad pero sin el materialismo, ni el consumismo que en los
tiempos modernos implica, porque todos éramos conscientes que los regalos
fueron hechos con nuestras propias manos (En los mios se notaba harto) cada regalo era único, como nosotros lo somos, en ninguna
parte del mundo encontrarías algo igual, a diferencia de la mayoría de las
cosas que se compran en las tiendas que todas son creadas en masas. Como un
libro que leí hace algún tiempo, “Un mundo feliz” en que todo, incluyendo a las
personas que también eran creadas en masas, esto fue todo lo contrario. Este
Oasis en el desierto era el verdadero Mundo Feliz.
Sin más que agregar y siendo este
el último momento que relataré en el blog. Me despido, para dar paso a la
última entrada que escribiré.
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