viernes, 26 de julio de 2013

Como un Oasis en el desierto...

Regalo Creativo... ¿Y en qué consistía todo esto? Todo partió en una clase de estrategias hace mucho, mucho tiempo, si mal no recuerdo fue en una de esas clases de movimiento creativo, en la cual nos enumeraron del 1 al 7, y todos debieron reunirse con su compañero según el número que les tocó. Fueron muy dispersos los integrantes del grupo en el cual estuve, en el sentido de que todos proveníamos de distintos grupos de amigos dentro del curso (y en el otro sentido también). Se nos encomendó elegir un concepto que la profesora Silvia nos haya enseñado en sus clases, nuestro grupo eligió “Orquestación”, un concepto muy lindo… Pero cuando se nos dijo que teníamos que hacer seis regalos (uno para cada integrante del grupo) basándonos en ese concepto, hubiéramos preferido elegir otro menos complicado. Y lo peor estaba por venir, luego se nos dijo que teníamos que hacerlo con nuestras propias manos: peor para mí, soy pésimo en las artes manuales. De hecho creo que conté en una entrada de este blog lo malo que soy para a hacer manualidades y lo peor es que me gusta, me relaja, se me ocurren buenas ideas, pero al momento de plasmarlo no queda tan lindo como se veía en mi mente.


Tuvimos semanas y semanas para hacer los regalos, pero como buen chileno que soy, lo hice la última semana que tuvimos de paro. No tenía idea que hacer y que fuera personalizado para cada uno de mis compañeros, al final hice miles de figuritas que representan lo que es la “Orquestación” en sus más diversos sentidos.

El día llegó y como ya no quedaban más días de clases como para entregarse el regalo, decidimos juntarnos un día cualquiera en un momento cualquiera, en medio de todo ese huracán de certámenes, exámenes, etc. Nos tomamos un tiempo para hacer un lindo gesto. Como un Oasis en medio de un desierto, nos juntamos en el Hall de la Biblioteca y uno a uno nos dimos nuestro regalo acompañado de un afectuoso abrazo. No detallaré más en esto ni en los regalos que recibí, si no en el bonito momento que se dio. Fue como vivir una navidad pero sin el materialismo, ni el consumismo que en los tiempos modernos implica, porque todos éramos conscientes que los regalos fueron hechos con nuestras propias manos (En los mios se notaba harto) cada regalo era único, como nosotros lo somos, en ninguna parte del mundo encontrarías algo igual, a diferencia de la mayoría de las cosas que se compran en las tiendas que todas son creadas en masas. Como un libro que leí hace algún tiempo, “Un mundo feliz” en que todo, incluyendo a las personas que también eran creadas en masas, esto fue todo lo contrario. Este Oasis en el desierto era el verdadero Mundo Feliz.

Sin más que agregar y siendo este el último momento que relataré en el blog. Me despido, para dar paso a la última entrada que escribiré.


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