jueves, 11 de abril de 2013

Máscaras, máscaras everywhere.


Apariencias, caretas… Máscaras. Todos llevamos en nuestra vida diaria distintas máscaras para usar hasta en los momentos más insólitos, cuando no quieres que el resto sepa algo de ti, cuando quieres encajar bien en un grupo o cuando te presentas con alguien… Y me incluyo, últimamente he tenido que usar mucho mi máscara de “Presentación” en la que con una sonrisa cuento una reseña poca de mi vida, sólo un esbozo de lo que soy en la que intento mostrar lo mejor de mí (Lo intento, no muy satisfactoriamente a veces) Solemos usar tanto estas máscaras que ya llegan a formar parte de lo que eres. No se trata de fingir algo que no eres, se trata de mostrar diferentes facetas tuyas que pueden serte de gran ayuda para muchas situaciones, y gusten o no pueden resultar muy útiles y en ocasiones necesarias.

En eso pensé la segunda clase de “Estrategias de Intervención” el jueves 11 de Abril, en que nos separaron en dos grupos. Mi grupo, junto a la profe Erna, tuvimos que hacernos máscaras con un papel especial (el cual desconozco como se llama) y agua. Un parte del grupo se acostó en varias mesas y la otra parte le ponía vaselina (en la cara) y el papel con agua, pasado un rato el papel se secaba y quedaba duro. Una experiencia muy extraña y relajante a la vez, pude haber dormido, mas no podía porque el resto se empezaba a reír, en fin. No era la primera vez que hacia este tipo de máscara, en segundo medio hice una muy bonita que llegaron hasta a poner en exposición, pero unos alumnos se robaron todas las máscaras, incluyendo la mía… Retomando la historia, espere un rato a que la cosa se secara entera y entre varios (incluyendo a la profe) me la sacaron, ahora siento lo que sienten las mujeres cuando se depilan, porque la máscara salió con buena parte de mi barba y cabellos varios.
Después de esa relajante y dolorosa experiencia, me tocó a mí hacerle la máscara a alguien. Le dije que sonriera todo el rato para que la máscara quedara felizJ. En fin, así fue como viví ese día.
Y seguramente se preguntaran que le tocó hacer al otro grupo, y si no se lo preguntaron igual les contaré. Se suponía que debían hacer el blog, con el otro profesor… en teoría, pero como del dicho al hecho hay mucho trecho, resultó que todas las salas de computación estaban ocupadas siendo que ya las habían pedido para ese ramo, cuento corto cada uno se fue a su casa.
Moraleja de la historia, si no quieres sufrir una depilación facial forzosa intenta acomodarte el pelo de manera que no tome contacto con el papel y si eres hombre no olvidar echarte mucha vaselina en la barba o el bigote o en su defecto afeitarte. Si quieres conocer más de esta clase, recuerda “sintonizar” mi blog todas las semanas. Se despide Pablo Miranda. Cambio y fuera. 

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